La Belleza
Lo hermoso
es que las cosa cierren, que encajen como un rompecabezas. Que cada uno de los
infinitos puntos de un circulo estén separados todos por una idéntica distancia
del centro. Que los planetas, y los soles y las galaxias dancen desde el
principio de los tiempos, como lo hacen los electrones y los átomos y las
moléculas. Lo hermoso es un avión volando, miles de toneladas alcanzando una
velocidad y una altura que ningún ser vivo puede alcanzar. Lo hermoso es que la
presión sobre esta tecla t se transforme en electrones que cruzan el mundo
varias veces antes de que levante el dedo.
Lo hermoso
es la perfección.
El Otro Lado
Me alcanza
con vivir en este mundo. Me aburren enormemente místicos y religiosos, gurúes y
discípulos que invierten tiempo y energía, imaginando y describiendo ovnis,
4tas dimensiones, fantasmas y todo eso, ignorantes de que lo misterioso es solo
aquello que todavía no hemos conocido. Pero que con seguridad, más tarde o más
temprano, conoceremos.
Gente
(Hoy hablé con Ricardo. Reproduzco libremente nuestro diálogo)
Vos me reprochás, Ricardo, mi soledad, el
“vacío de mi vida”, esta dedicación absoluta al trabajo y a mis libros y a poco
más. Decís que me falta “Vida social”, que me falta afecto, que me falta amor.
Tal vez tengas razón, mi querido, pero es que todo eso viene con “gente” y como
vos sabés, no soporto a la gente. Mi vida es vacía, si, pero porque yo elijo
vivirla así. Pero la gente, tu gente, también vive una “vidita” zonza y
mecánica, solo que lo niega y vive huyendo, corriendo aturdida, inventando eso
que llaman amor, afecto, diversión para olvidarse de que nacemos, vivimos y
morimos solos. Desde que me fui de la casa donde crecimos, no necesité de
nadie, ni siquiera de vos, aunque a veces te pienso y te recuerdo. Tuve la
suerte de poder expresarme a través de la creación más personal que un hombre
puede hacer: una empresa. Más personal que un hijo que al tiempo sigue su curso
independiente. Más personal que una obra de arte que siempre necesita un otro,
un espectador para apreciarla. No necesito más que esta especie de receptáculo
que contiene y adonde vuelco toda mi energía, todo mi esfuerzo, toda mi vida.
Nada más
Tu gente,
Ricardo, lejos mío, en los libros, solo me rozo con ella superficialmente
Con quien
me conecto profundamente y con quien tengo que llevarme bien es conmigo. Y casi
siempre lo logro.
Lo“Freudiano”
La hipervaloración de lo Freudiano es
uno de los males de nuestro tiempo. Unos judíos centroeuropeos, hace ya 100
años, reflexionando acerca de cómo funcionaba la mente humana, inventaron aquello de lo inconsciente y a partir de ahí comenzó este deterioro, esta
laxitud moral que caracteriza nuestras sociedades. Soy ladrón, pervertido o
asesino pero que puedo hacer, es mi inconsciente. Mi padre era borracho, mi
madre se murió, mi hermano me pegaba y eso me disculpa. Que fácil, no? Yo, en
cambio, soy absolutamente responsable de todos mis actos.
La vida es un cuento contado por un idiota… (Macbeth)
Me da pena
la gente que no es dueña de su vida, la gente que vive una historia cuya trama escribe otro y generalmente mal. Tal vez sea porque desde chico
estoy solo, buscándome la vida. Y cuando la encontré, la agarré del cuello y no
la solté. La llevé por donde quise, planifiqué todo y aquí estoy. Yo escribí mi
guión y con buena letra.Y no me fue tan
mal
”Soy el capitán de mi alma…”
He logrado traer la nave hasta aquí en
condiciones bastante dignas. Navegando a veces con viento a favor y otras no.
Dió igual: más rápido o más lento, siempre avancé, menos aquellos días en que
perdí el rumbo y solo di vueltas y vueltas. Confieso que hubiera preferido que
soplara siempre un suave viento de cola sin tener que atravesar esas tormentas
que amenazaron con hundirme. Pero no soy yo, sino otro, el que dispone el
estado del mar y del cielo. Y además que clase de tipo sería de no haber
sentido algunas veces la fragilidad y la proximidad del desastre y seguir ahí
parado en cubierta, pese a todo, a merced de las furiosas olas sabiendo que
todo pasaría. Y así fue: siempre salió el sol después de cada tormenta.
Otros nombres de Dios
El Universo
que danza
El soplo de
la vida
Un sapo
sobre una piedra húmeda
Las nubes
espesas
La música
incesante de las olas
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